Una tarde del 2006 me imaginé viviendo una vida por diseño, tanto en el aspecto profesional como personal.
En ese entonces tenía lo que parecía ser una “vida perfecta”. Un buen trabajo, una linda familia y mi bonita casa. Sin embargo, en el fondo yo sabía que algo no encajaba.
Mi trabajo, aunque era excelente, no era para mí. Hay una gran diferencia y me costó muchos años entenderlo.
En ese entonces, aunque era una muy buena profesional, había una parte en la que no había crecido en forma intencional.
Es muy común confundir el desarrollo profesional con el desarrollo personal. Nos desarrollamos profesionalmente cuando invertimos en programas, estudios o actividades que nos ayudan a crecer en nuestra carrera.
Pero el ser humano es más que lo que sabe intelectualmente o lo que técnicamente puede hacer. Hay elementos vitales para el crecimiento y florecimiento integral de una persona, que por ser muy “suaves” los dejamos de lado.
Eso es lo que me faltaba. Yo no tenía un conocimiento de mis fortalezas personales, mi estilo de personalidad, mi trabajo no estaba asociado a mi propósito y no había tomado en cuanta mis valores personales. Pude haberme quedado donde estaba y sé que me hubiera ido bien, pero esta frase de Jim Collins resonaba en mi mente:
“Bueno es el enemigo de lo excelente. Y esa es una de las razones clave por las que tenemos tan poco que se vuelve grandioso. No tenemos excelentes escuelas, principalmente porque tenemos buenas escuelas. No tenemos un gran gobierno, principalmente porque tenemos un buen gobierno. Pocas personas logran una gran vida, en gran parte porque es muy fácil conformarse con una buena vida.”
Jim Collins
Así que, tuve que tomar la decisión de cambiar. Me di cuenta que esa vida que yo anhelaba, la iba a tener que diseñar, desde el empleo ideal (al final terminó teniendo la forma de una empresa), mi carrera, la forma que tomaría mi vida familiar, mi crecimiento integral.
Eso es lo que se llama Desarrollo Personal. Desde luego he seguido creciendo en mi profesión, pero también he aprendido a ser más creativa, a romper límites autoimpuestos, a crecer en mi autoimagen, a utilizar mis fortalezas en forma efectiva, a verdaderamente lograr mis metas, a crecer en mi liderazgo y definitivamente a ser más balanceada en mi vida personal y profesional y a disfrutar más cada momento de mi vida.
El Desarrollo Personal es permanente porque como seres humanos estamos en constante evolución. Ahora en esta nueva etapa de mi vida, con mis hijos ya más grandes, mi esposo y yo en otro momento, estoy trabajando en proyectos que amo y que por años había pospuesto. Todo esto no hubiera sido posible si no me hubiera decidido a dejar lo bueno y buscar lo excelente para mi vida al decidir crecer como persona.
Para ti también es posible, y una de mis mayores satisfacciones es que este cambio que di me ha permitido ayudarle a miles de personas a construir esta vida por diseño y en cada caso me he dado cuenta, que siempre, todo comienza con una decisión de crecer como persona.