El desafío que enfrenta el  empresario en crecimiento es lograr que su empresa prospere en ambientes complejos y difíciles manejando variables fuera de su control: La competencia, proveedores, legislación, comportamiento de los clientes, etc.

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Ante todos estos elementos, pareciera que queda poco tiempo para cuidar del motor de la empresa:

  1. ¿Cómo crezco en mis ventas?
  2. ¿Cómo desarrollo productos que aporten valor al cliente y me den estabilidad en el mercado?
  3. ¿Qué nuevas estrategias de crecimiento puedo implementar?

Usted como empresario es la cabeza de su organización y la empresa es el reflejo de su pensamiento, por lo que es importante que se plantee la siguiente pregunta: ¿Si yo no tengo tiempo para pensar en estrategias de desarrollo para la organización, quien lo está haciendo?

La respuesta es contundente: Nadie. Esta es una función que sólo usted puede realizar, pero si el día a día lo está asfixiando su empresa se verá invariablemente afectada.

Es por ello que una de las principales ocupaciones del empresario debe ser crear un equipo que le permita multiplicar sus esfuerzos. Pero no es fácil. Quizá usted mismo se ha enfrentado ya a alguna de las preguntas claves en el proceso de formar un equipo:

  1. ¿Cómo identifico a los mejores elementos para mi equipo?
  2. ¿Cómo hago que el equipo que ya tengo se empodere y comprometa?
  3. ¿Cómo creo estructuras que permitan a la empresa funcionar operativamente mientras yo trabajo en estrategias de consolidación y crecimiento?
  4. ¿Cómo desarrollo a mi equipo para aprovechar su potencial?

Todas estas  preguntas tienen una sola respuesta: Liderazgo. El reconocido autor John Maxwell dice: Todo se levanta y se cae por el liderazgo.

El empresario puede tener un excelente proyecto de negocios, pero si falla en construir y liderar un equipo que le apoye, muy pronto se encontrará frustrado y muy probablemente fracasado.

Aun así, el liderazgo es un tema prácticamente ignorado. Se le considera una “habilidad suave”, lamentablemente tan suave que pareciera que no vale la pena dedicar tiempo a formarse como líder. Sin embargo, si se analizan las grandes organizaciones se podrá ver que todas ellas han llegado al éxito al ser dirigidas por un gran líder.

Un gran error es creer que el liderazgo se desarrolla en forma natural. Si se considera que el liderazgo es en realidad una combinación de talento más habilidades aprendidas, se comprenderá que por mucho talento que se tenga, hay que dedicar estudio y trabajo para desarrollar un liderazgo sólido.

Si como empresario se siente estancado, no sabe cómo formar un equipo  y siente que el día a día lo está consumiendo, lo invito a que haga un alto y reflexione en los siguientes puntos:

  1. ¿Estoy formando un equipo que me apoye?
  2. ¿Si tengo un equipo, lo estoy dirigiendo en forma adecuada?
  3. ¿En qué áreas debo crecer como líder?

Le comparto un cuestionario de autoevaluación de su liderazgo para guiarle a identificar las áreas en que puede comenzar su crecimiento como líder. Link Autoevaluación.

Y finalmente le animo a que recuerde que los resultados de la empresa son siempre el reflejo del pensamiento de su líder. Si desea obtener mejores resultados, debe trabajar primero y firmemente en usted.