“Lo que te distingue a veces puede parecer una carga y no lo es. Y muchas veces, es lo que te hace genial”.

-Emma Stone

Desde muy niña quise ser conferencista, pero esta profesión no existía en la universidad (y sigue sin existir en ninguna universidad), por lo que estudié Ingeniería Industrial. Pero el sueño nunca me abandonó. Después de darle muchas vueltas al asunto, un día del 2010 tomé la decisión de ser conferencista profesional, aunque no estaba muy clara de lo que eso implicaba.

Ser conferencista se ve fácil por fuera, pareciera que sólo consiste en pararse y empezar a hablar, sin embargo, para los profesionales, es mucho más que eso. El dar la conferencia es más bien la cereza del pastel. Si quieres ser conferencista de verdad y vivir de ello, debes comprender que es una empresa como cualquier otra.

Afortunadamente aprendí esta lección muy temprano en mi carrera como conferencista, y he sabido tratar mi empresa desde la perspectiva empresarial, aunque debo aclarar que me costó mucho al principio, pues yo misma no era una empresaria cuando comencé.

Una parte vital del éxito de cualquier negocio es estar vigente con las tendencias de la industria, por eso pertenezco a asociaciones profesionales internacionales de conferencistas y coaches, y frecuentemente tomo cursos de los líderes de la industria.

En esta ocasión, asistí a la conferencia de invierno de la National Speaker Association, la organización más grande de conferencistas profesionales de Estados Unidos, de la cual soy parte. Hoy te quiero compartir cuatro lecciones de negocios que puedes aplicar a tu empresa, e incluso a tu vida profesional, aunque no seas conferencista.

Cuatro lecciones de negocios que aprendí en la NSA.

  1. Toda relación de negocios está construida sobre confianza. Puedes ser el mejor del mundo en lo que haces, pero en este nuevo ambiente de negocios, trabajamos en base a relaciones, no en base a conocimiento ni expertise. Las relaciones se construyen sobre la confianza. Si tu cliente detecta que no puede confiar en ti, no hará negocios contigo. ¿Cómo estas ganando la confianza? De los diez puntos compartidos por David Hosager, me quedo con el siguiente: Ama a tu cliente. He sido bendecida con relaciones de negocios que han durado desde el 2011, hasta la fecha. Desde luego he cometido errores, pero he tratado de mostrar a mis clientes lo importantes que son para mí. Ahora la pregunta interesante que me enfrento es, ¿cómo seguir mostrando este amor a cada cliente ahora que estamos en crecimiento?
  2. Nuestra principal función es resolver el problema para nuestro cliente. Para ser la solución que nuestro cliente busca, debemos convertirnos en autoridades en nuestro campo. Jason Dorsey nos recordaba, “Si tienes que buscar tu respuesta en Google, entonces no eres un experto”. Desde luego no se requiere que seas experto en todo, eso sería imposible, pero ¿cuál es tu pedacito del mundo en que las empresas vendrán a ti a consultarte? Mi expertise es en desarrollar el liderazgo potencial de profesionales en el mercado corporativo, desde la base de tres pilares del autoliderazgo: autoconocimiento, mindset y autonconfianza. Llevo más de 10 años haciéndolo, con bastante éxito, pero esta conferencia me recordó que a medida que yo sigo creciendo, puedo ayudar aún más al mercado en mi misión de ayudar a líderes a brillar. Cuando ves tu empresa desde la perspectiva de una misión, estarás listo para volverte un experto en ella y de esta forma servir mejor a tus clientes.
  3. Identifica lo que te hace único. En este mundo de alta competencia y exceso de información, es fácil perderse entre la multitud. Los esposos Vaden nos recordaron que construir tu marca personal desde tu individualidad es vital, no sólo para sobrevivir, sino para crecer y florecer en el mercado. Increíblemente, pasamos más tiempo tratando de encajar, que fortaleciendo esas cualidades que nos hacen únicos. Cometí este error en los primeros años cuando lancé mi empresa. Mi pasión por formar líderes estaba basada en habilidades “suaves”, que hace más de diez años aún no se consideraban vitales en el mercado corporativo. Entonces incluí en mi currículo algunos temas que se veían más atractivos. Con el tiempo me di cuenta de que, aunque podía dar una buena conferencia o un buen taller, la falta de pasión creaba un desgaste en mí y me perdía en el mar de la competencia de precios. Entonces, hace un tiempo tomé la decisión de alejarme de aquello en lo que no aportó el 100% de valor que puedo dar desde mi campo de especialidad. Una de las cosas más difíciles es decir NO a un cliente, pero a veces es lo más sabio.  Tu individualidad es tu segunda piel. Te mueves con más gracia y efectividad en aquello que naciste para hacer y que amas con todo tu corazón.
  4. Ponle pasión a todo lo que haces y no tengas miedo a ser diferente. Ramon Ray se ganó el premio a la conferencia más espectacular. Más que su mensaje, muy bueno por cierto, su energía inundó el salón y nos llevó a reír, reflexionar y crecer. Ramon es muy particular en su forma de expresarse, digamos que “no tiene pelos en la lengua”. No todo mundo es apasionado de la misma forma, pero todos somos apasionados por lo que amamos. Expresa esta pasión en tu trabajo (desde tu forma única de ser) y tu cliente sentirá tu amor y tu entrega. No tengas miedo a ser diferente, pues justo esto es lo que te hará destacar.

Estas lecciones se aplican a cualquier negocio, pero principalmente se aplican a la empresa más importante de tu vida, TÚ mismo. Vivimos en un momento histórico donde hay más oportunidades de tener éxito, que las que ha habido en toda la historia del planeta. Principalmente hay más oportunidades de tener éxito haciendo lo que amas. Pero para lograrlo debes comenzar a trabajar contigo primero. Fortalece tu autoliderazgo y todo lo demás vendrá por añadidura.

Y vale la pena porque tu Naciste para Brillar, y lo puedes hacer cuando eres estratégico al dirigir tu empresa y tu vida.

Autocoaching

En base al artículo, hazte las siguientes preguntas:

  1. ¿Cómo estás mostrando a tu cliente que puede confiar en ti? Entiende por cliente a tu jefe o a los clientes de tu empresa.
  2. ¿Qué problema resuelves desde un nivel de expertise superior, en el mercado donde trabajas?
  3. ¿Cuál es tu aporte de valor único?
  4. ¿Cómo muestras tu pasión en tu empresa? Y si te has dado cuenta de que no tienes pasión por lo que haces, ¿Qué cambios debes hacer?

Tu Coach,

Ayudando a Líderes a Brillar