La clave para cambiar es dejar ir el miedo.

Roseanne Cash

 

El impacto del miedo en tu desempeño como líder

¿Te ha tocado trabajar en un ambiente estresante? Como coach me ha tocado guiar a líderes por ambientes altamente estresantes, por ejemplo, cuando la organización está atravesando cambios fuertes, como una adquisición, cuando hay ascensos, despidos, situaciones de incertidumbre, o cuando el jefe es poco comunicativo, agresivo o exigente en mal sentido.

En mi propia vida laboral he vivido muchos momentos de estrés y miedo. Recuerdo mi primer trabajo en el área de operaciones de un banco, donde teníamos un jefe bastante complicado. Trataba mal a los colaboradores, los avergonzaba enfrente de todos y les exigía los resultados bajo amenaza de despido.

Recuerdo una ocasión en que se habían cometido errores en unos informes, pero los responsables los ocultaron, por miedo a lo que el jefe les podía hacer. Ya te puedes imaginar el ambiente de tensión que se vivía. Estuve seis meses en ese empleo y poco antes de irme, tuve el aplomo de acercarme a este jefe y decirle: “Su gente le tiene miedo, y con miedo no se puede trabajar”.

Como coach, trabajo con líderes ayudándoles a sacar lo mejor de sus equipos. Uno de los retos que se enfrentan los líderes es el miedo, tanto el que sienten ellos mismos, como sus equipos. El miedo es una emoción muy poderosa que nos paraliza y estanca, y que fácilmente toma el control sobre otras emociones y procesos mentales.

El miedo impide que el talento y la brillantez se vea reflejado en tu trabajo. Cuando tu cerebro está ocupado en protegerte y defenderte, será incapaz de ocuparse en que seas creativo, imaginativo y que busques la excelencia. ¡El miedo verdaderamente secuestra la brillantez en las personas!

La mente, el cerebro y el miedo

Para los coaches es especialmente importante comprender cómo podemos apoyar a nuestros clientes en este tipo de situaciones que los paralizan y les impiden lograr sus metas. En vista de que la mente es el lugar donde se originan nuestros resultados, cada vez más coaches se están dedicando a estudiar seriamente la mente y el cerebro.

Es de hacer notar que la mente y el cerebro son dos elementos separados, el cerebro es un órgano físico, mientras que la mente es el conjunto de facultades que nos hacen ser humanos.  Aun así, la mente y el cerebro están íntimamente relacionados, y uno afecta al otro.

En su libro, Neurociencia para coaches, la autora y especialista en coaching, Amy Brann, explica que nuestras experiencias externas pueden cambiar las estructuras de nuestro cerebro. Por ejemplo, algunos estudios explican que los adultos que padecen de desórdenes de ansiedad presentan una amígdala agrandada.

Una de las funciones más importantes de la mente es protegernos, y por ello, cuando percibe un peligro, activa mecanismos que nos ponen en un estado de alerta. Una de las áreas del cerebro que está muy relacionada con las respuestas ante el miedo y amenaza, es la amígdala. Cuando se percibe un peligro, la amígdala emite señales para activar la respuesta de huida o defensa.

El miedo que provoca esta reacción en la amígdala no necesariamente debe ser real. El cerebro activará esta respuesta aun ante la percepción de una amenaza. Por ejemplo, imagina que unas horas después de enviar tu informe de cierre de mes, recibes un correo de tu jefe, lo que te hace pensar que hay algo malo en el informe y que estás en problemas. Como ves en este ejemplo, ni siquiera es necesario que haya un peligro real, solo la idea de que puede haber un peligro ya activa esta respuesta. 

Cuando estás en un estado de miedo, no procesas la información en forma correcta, hasta que lo que percibes como amenaza esté nuevamente en control. Como puedes ver, no se puede crear un entorno de alto desempeño cuando hay un ambiente de miedo, tensión, incertidumbre o amenaza.

Al comprender que el miedo, el estrés y la amenaza provocan cambios reales en el cerebro, puedes aprender a administrarte mejor a ti mismo, al igual que a tus equipos. Por ejemplo, se sabe que el optimismo puede reemplazar el miedo, por lo que cultivar ambientes optimistas, oportunidades de desarrollo, buenas relaciones en el área, puede disminuir el miedo. 

También se sabe que crear un ambiente de confianza permite que la amígdala disminuya su estado de activación, por lo que los líderes que invierten tiempo en crear relaciones de confianza con sus equipos tienen siempre mejores resultados.

Si quieres ver la brillantez en tus equipos, debes trabajar en generar ambientes seguros que fomenten el crecimiento. ¡La idea de aquel jefe que le “sacaba carrera” a los empleados como una forma de motivación, debe quedar en el olvido!

A continuación, te comparto algunas acciones que como líder puedes emprender para mejorar los ambientes de trabajo.

Siete acciones para crear ambientes de crecimiento en el trabajo

  1. Reduce los elementos estresantes, incluyendo reuniones innecesarias, presentaciones de resultados en ambientes tensos, colaboradores negativos y en especial, jefes conflictivos.
  2. Da espacio para asimilar cambios o noticias difíciles.
  3. Crea motivadores positivos y elimina los elementos negativos, como los regaños, competencia entre los equipos, comparaciones.
  4. Soluciona las situaciones que están causando tensión, miedo o problemas.
  5. Ayuda a los miembros de tu equipo a cultivar actitudes positivas y de crecimiento.
  6. Fomenta un ambiente colaborativo.
  7. Ayuda a los miembros del equipo que se paralizan por el miedo o el estrés.

Además, recuerda, todo lo que he explicado se aplica en cualquier ambiente, ya sea en tu hogar, tu iglesia o la comunidad. Si queremos que nuestra gente crezca, brille y prospere, debemos comenzar a preocuparnos más por generar ambientes seguros que conduzcan al crecimiento.

Si eres un líder, tienes la doble responsabilidad de crear estos ambientes seguros, para que tú y tu gente puedan florecer. Y vale la pena, porque Nacimos para Brillar, y lo podemos hacer cuando nos desarrollamos en ambientes que conducen al crecimiento.

Autocoaching

Haz un inventario de tu ambiente de trabajo. Identifica elementos, acciones o situaciones que te provocan estrés, miedo, ansiedad o amenaza. Por ejemplo:

  • Presentación de resultados ya sean de logro de metas, estudios de clima o evaluaciones 360.
  • Cambios en procesos, metas y productos o servicios a ofrecer.
  • Llamados de atención o reuniones de retroalimentación con tus superiores.
  • Movimientos en el personal (despidos, ascensos, integración de nuevos miembros al equipo).
  • Reuniones semanales con líderes donde hay que exponer resultados.
  • Jefes o clientes enojados, estrictos, poco comunicativos, desorganizados, faltos de valores o incapaces.

Medita el impacto que estas situaciones están teniendo en tu desempeño o en tu equipo.

Analiza la forma de administrar estos elementos para que puedas crear un ambiente que fomente el crecimiento para ti y para tu equipo.

Tu coach

Ayudando a Líderes a Brillar