“…la psicología positiva no debe confundirse con la autoayuda no comprobada, la afirmación sin fundamento o la religión secular, sin importar cuán bien nos hagan sentir. La psicología positiva no es una versión reciclada del poder del pensamiento positivo, ni una secuela de El Secreto”.
Christopher Peterson, 2008
Justo cuando iba saliendo de una librería, vi algo que me llamó la atención, un libro con pasta anaranjada y un círculo en medio. Hacía más de diez años había escuchado hablar del autor, Martin Seligman, el padre de la psicología positiva, pero en ese entonces no me interesó el tema. Me parecía “motivacional”.
Pero, ese día, a finales de enero del 2021, estaba pasando un momento difícil. Unos meses antes de la pandemia perdí a mi padre en forma repentina y trágica; aún estaba procesando su repentina partida, cuando la pandemia nos cayó de llenó.
Mientras todo era caos, mis clientes, empresas corporativas donde yo desarrollo líderes, me pidieron ayuda. Sus líderes estaban desconcertados y ocupaban orientación en cómo manejar la situación. Así que empecé a apoyarles, no solo en conferencias cerradas, sino en eventos abiertos a través de redes sociales.
Además, en ese momento yo lideraba una organización latinoamericana, que también requirió más atención. A partir de marzo mi vida se llenó de conferencias y atención a clientes, mientras escuchaba noticias diarias de lo que estaba pasando y seguía tratando de procesar la pérdida de mi padre.
Para octubre mi corazón estaba cansado. Las últimas conferencias que impartí ya no tenían la fuerza que me caracteriza, y estaba agotada física, mental y emocionalmente. Me di cuenta de que tenía que parar, pues si no lo hacía, corría el riesgo de quemarme (entrar en un “Burn out”). Amo a mi empresa y no estaba dispuesta a dejarla morir, pero sabía qué si no paraba, ya no iba a poder seguir. Así que me tomé un receso de mi empresa, para descansar y organizar mis ideas, y trazar una nueva visión.
Y es justo en ese momento cuando encontré el libro “El circuito de la esperanza”. Sucede que este libro es una especie de biografía de Martin Seligman, en el que cuenta su propio viaje “de la desesperanza al optimismo”. Te advierto que no es el típico libro motivacional, el Dr. Seligman es un académico, y su estilo de escritura es profundo, particularmente en temas de la psicología. Pero el nombre me llamó la atención, así que me lo llevé.
No me pude despegar del libro hasta que lo terminé. Hoy te puedo asegurar que uno de los factores por los cuales estoy acá es por el cambio en mi perspectiva gracias a comprender la base de la psicología positiva aplicada.
La psicología positiva es, “el estudio científico de lo que hace que valga la pena vivir la vida, centrándose en el bienestar tanto individual como social”
Peterson, 2008
En esencia la psicología positiva estudia todo aquello que nos ayuda a florecer como personas. Estudia los pensamientos, sentimientos y comportamientos de las personas, con un enfoque en fortalezas en lugar de en debilidades. Además, ayuda a las personas a construir una vida espectacular, en lugar de conformarse con luchar para apenas llevar una vida normal.
Algunos de los temas qué más se estudian dentro de la psicología positiva incluyen fortalezas de carácter, optimismo, satisfacción de vida, felicidad, bienestar, gratitud, compasión, autoestima, confianza, esperanza y crecimiento. Estos temas ayudan a las personas a crecer y vivir sus mejores vidas.
El tema es especialmente importante en mi trabajo de ayudar a líderes a brillar, pues los líderes son los que ayudan a otros a florecer, pero no lo pueden hacer si no están bien ellos mismos primero.
Así que después de leer el libro empecé a sacar un diplomado en psicología positiva, y justo ahora estoy estudiando una especialidad universitaria y un nuevo certificado de coaching con especialidad en psicología positiva aplicada.
Pero la verdad es que me ayudó más a mí a administrar ese momento difícil y por eso estoy añadiendo temas del área a mi empresa, para compartir algo tan valioso con personas de mucha influencia.
Desafortunadamente, el 2021 fue el peor año laboral de mi vida. Tuve una mala experiencia derivada de malas decisiones de liderazgo de una organización en donde cooperaba.
Afortunadamente ya estaba yo en proceso de cambio con las nuevas prácticas de psicología, que, sumadas a mi fe y el apoyo de mi familia y amigos cercanos me ayudaron a recuperarme a una velocidad impresionante y a retomar mi empresa con más empuje que nunca.
No sé cómo está tu situación hoy, pero si comprendo que la pandemia ha afectado a todos de muchas formas, y es por ello que quiero compartirte algunas prácticas que ahora son parte de mis hábitos y que me han traído mucha paz, gozo y felicidad. Pero principalmente me han ayudado a reenfocar mi visión, a disfrutar de los altos y bajos de mi empresa y trabajar con más ánimo para seguir ayudando a líderes a brillar.
Cinco hábitos que te ayudarán a ser un líder más feliz y positivo
- Expresa tu gratitud: La neurociencia ha descubierto que expresar una gratitud sincera activa zonas del cerebro que impactan la empatía y una respuesta positiva a los demás, Además, reduce el estrés, genera dopamina, que es la hormona de la felicidad, disminuye los sentimientos de víctima, aumenta los sentimientos de autoestima y compasión por los demás. La gratitud también te ayuda a ser más optimista y te ayuda a sentirte mejor. Puedes expresar tu gratitud a través de un diario (mi práctica favorita), al decirle intencionalmente a las personas que las aprecias y al apreciarte a ti mismo en forma sincera por cada esfuerzo que realizas, independientemente del resultado (conviértete en tu mejor aliado).
- Construye tus relaciones intencionalmente: Las presiones del día a día hacen que tendamos a olvidarnos de las personas importantes en nuestra vida. Si añades a tu agenda el mantener y restablecer relaciones, tu vida será mucho más rica, porque somos seres sociables, primeramente. Una de las prácticas que yo he implementado es tomarme el tiempo de llamar por teléfono a familiares que hace mucho tiempo no llamaba, a amistades y colegas. En cada llamada trato de expresarles lo importantes que son en mi vida
- Elevar a otros: Muy bien se ha dicho qué más bendecido es dar que recibir, y una de las cosas que podemos dar con facilidad es palabras de ánimo, inspiración y motivación. Designa espacios de tiempos para elevar a tus familiares, amistades, compañeros y subordinados. Esto te ayudará a enfocarte en lo positivo que ellos tienen y te ayudará a valorarlos aún más. Además, te ayudará principalmente a olvidarte de ti y enfocarte en servir a otras personas. En mi caso he implementado una nueva práctica qué es dedicar un espacio de tiempo a la semana a escribir mensajes personalizados a las personas importantes en mi vida. Esto me llena de ánimo y alegría.
- Date tiempo para recreación: Hace poco descubrí que me cuesta mucho descansar, pues soy de las personas que pienso que si no estoy trabajando estoy perdiendo el tiempo. Así que he empezado a ser intencional para crear espacios de recreación en mi vida y aprender a apreciar estos espacios por lo que son, momentos que mi mente, mis emociones, mi cuerpo y mi salud necesitan para recuperarse. Por ejemplo, he retomado algunos hobbies, estoy leyendo por placer más que por trabajo, y he comenzado a aprender un nuevo idioma. Me siento mucho más descansada cuando hago estas actividades porque no sólo descansa mi cuerpo, sino que también descansa mi mente y me llena emocionalmente.
- Disfruta el momento presente: Ahora vivimos en una eterna distracción con mensajes de celular, correos, teleconferencias y tantas cosas más. Esto nos impide disfrutar o enfocarnos en lo que estamos haciendo, y nos cansa y causa estrés. Una de las prácticas qué más me ayuda es enfocarme en el presente, y disfrutarlo. Por ejemplo, si estoy comiendo, estoy comiendo; si estoy viendo una película, estoy viendo una película sin preocuparme por nada más. No puedo decir que sea fácil, pero es algo que vale la pena empezar a practicar hasta que sea un hábito.
Espero que estas sencillas prácticas te ayuden a fortalecer tu autoliderazgo, pues eventualmente lo reflejarás en todo lo que hagas. ¡Siempre recuerda empezar por ti primero!
Y vale la pena pues tú naciste para brillar, y brillas cuando estás feliz, contento y saludable.
Autocoaching
- Escoge una de estas prácticas y trata de implementarla esta semana. Comparte en mis redes cómo te fue con la experiencia.
Tu Coach,
Ayudando a Líderes a Brillar