Las metas casualmente fijadas son facilmente abandonas.

Desconocido

En el 2012 organicé un plan muy completo para mi empresa. Con disciplina cumplí lo que me había propuesto, pero el proceso fue difícil. En ese momento no tenía consciencia de que mi mente podía ser mi aliada para lograr mis metas, o mi mayor barrera de resistencia.

Hay una frase que dice “Encuentra la felicidad al disfrutar el viaje, no al esperar el destino.” Pues esto no aplicaba en mi vida: Me estresaba y me frustraba con los problemas, atrasos y fracasos. Honestamente sigo acá porque soy persistente, pero en más de una ocasión estuve a punto de darme por vencida a medio del camino.

A muchas personas les pasa igual, y esto aplica a cualquier meta: perder peso, salir de deudas, estudiar una carrera, construir una casa, sacar un proyecto del trabajo.

Afortunadamente persistí, porque con el tiempo aprendí a hacer que las metas funcionaran para mí.

Recientemente comencé una nueva etapa de mi empresa. Después de diez años aprendiendo y conociendo el mercado, decidí finalmente enfocarme en mi pasión, ayudar a líderes a brillar.

Reconociendo que estaba ante un nuevo momento en mi vida, decidí tomarme un tiempo para recalibrar mi visión y definir nuevas metas. Esta vez, bajo un nuevo modelo mental, he vivido un proceso fantástico que me ha llenado de energía y de nuevas ideas y me ha permitido ver resultados en un tiempo acelerado.

Definir y lograr metas es parte del proceso de crear y crecer en tu vida. Comprender este proceso te ayudará a ser más efectivo y verdaderamente lograr las metas que te has propuesto. Hoy quiero hablarte de una parte de este proceso, la definición de tus metas.

Existe la tendencia a definir las metas en base a las circunstancias y capacidades actuales o proyectando los logros pasados, lo que en teoría ayuda a tener una mentalidad “realista” de nuestros recursos y posibilidades.

Sin embargo, esta forma de trazar las metas es limitante, porque tiene como premisa que las metas están condicionadas a los recursos que dispones en este momento, y no considera que parte del proceso de llegar a la meta es crecer en ella, creando en el camino los recursos que necesitamos para tener éxito.

Es por ello que los coaches trazamos las metas desde el futuro deseado, y luego ayudamos a nuestros clientes a crear los recursos o las circunstancias para llegar a este futuro. Esto se conoce como “Backcasting” o “proyección en reversa”.

Cuando piensas desde tu futuro deseado, rompes los límites de tu estado actual y decides que puedes crecer y desarrollar las habilidades, capacidades y recursos que necesitas. De allí viene la frase: El objetivo de la meta no es la meta, sino la persona que te conviertes al lograrla.  

Parte del proceso que sigo para definir mis metas y que también uso con mis clientes se llama Punto A – Punto B. El punto B es a dónde quieres llegar.  El punto A es tu estado presente. Ahora te comparto los pasos, utilizando como ejemplo la definición de metas en el contexto de nuestra vida personal:

  1. Identifica las áreas en las que necesitas trabajar. Como primer paso identifica en qué áreas quieres trabajar ahora. No es necesario ni recomendable que trabajes en todas las áreas de tu vida al mismo tiempo. Parte del proceso de definir y lograr metas es priorizar lo que quieres lograr. Si te pones demasiadas metas al mismo tiempo, aunque sean buenas, pueden abrumarte y corres el peligro de abandonarlas. Según los estudios de Psicología positiva, podemos dividir nuestra vida en 6 áreas que contribuyen a nuestro bienestar: 
    • Vida profesional
    • Relaciones
    • Finanzas
    • Salud física
    • Contribución
    • Vida Espiritual
  2. Hazte preguntas profundas. Ahora que has escogido las áreas en que deberías comenzar a trabar, hazte preguntas que te ayuden a tomar perspectiva de a dónde estás hoy y a dónde quisieras estar. Por ejemplo:
    • ¿A dónde me veo en 5 años? ¿En un año? ¿En un mes?
    • ¿Si pudiera hacer un cambio, qué haría?
    • ¿Qué quiero ver en mi vida en esta área?
    • ¿Cómo va a mejorar mi vida con este cambio?
    • Si pudiera adelantar mi vida, y verme desde el futuro, ¿Qué es lo que verdaderamente quisiera ver en esta parte de mi vida?
    • ¿Qué es importante para mí en esta área?
    • Mi favorita: ¿Si tuviera una varita mágica que haría?
  3. Enfócate en el qué, no en el cómo. Si te fijas, las preguntas que hemos realizado tienen que ver con qué cambios que deseas, no con cómo llevar a cabo estos cambios. En este momento evita entrar a preguntas de “¿cómo?”, para que no abandones metas importantes por no tener claridad del cómo llevarlas a cabo. El cómo se resolverá en otra parte del proceso y en otro blog.
  4. Ponle corazón. Alcanzar una meta es un proceso difícil que requiere automotivación y fuerza de voluntad. Para tener la disciplina que requieres para lograr tus metas, es importante que tengas claro el porqué de cada meta. Caso contrario, cuando se te presenten dudas, fracasos y obstáculos te será más fácil abandonar la meta que persistir en ella.  Hazte la pregunta: ¿Por qué es importante para mi lograr esta meta? Explora profundamente hasta encontrar una verdadera razón. Si no la encuentras, es probable que debas repensar la meta.   
  5. Define metas realistas que te desafíen. Para sentirte motivado, debes definir metas que te desafíen, pero que no sean tan grandes que te desmotiven, ni sean tan pequeñas que las logres fácilmente. Si puedes imaginarte logrando la meta y te sientes desafiado, pero lo crees posible, es una buena meta. Si no logras imaginarte logrando la meta o te sientes que es demasiado grande para ti, lo más seguro es que debes añadir una meta intermedia antes de llegar a esta.   
  6. Define a dónde quieres llegar (Punto B). En base al análisis que acabas de realizar, describe tu meta lo más claramente que puedas. Siempre escribe en tiempo presente y desde una perspectiva positiva y motivadora. Esta parte te debe emocionar muchísimo. Una vez que has descrito tu meta en una forma motivadora y positiva, puedes usar una metodología como SMART para describir con más precisión el alcance y tiempo de tu meta.  
  7. Determina tu punto de partida (Punto A). Teniendo en cuenta el punto B, ahora regresa a tu presente, a tu punto A, e identifica las metas intermedias y acciones que puedes emprender desde ya para llegar a tu meta. ¡Has comenzado tu propio plan de trabajo para guiarte a tu meta!

Puedes realizar este mismo proceso para otras metas relevantes en tu vida este momento. También puedes aplicarlo en tu vida profesional, en tu empresa o con tus equipos de trabajo.  

A continuación, te comparto un ejemplo breve del proceso.

  1. Identifica las áreas en las que necesitas trabajar. Área a trabajar: Salud Física
  2. Hazte preguntas profundas. 3. Enfócate en el qué, no en el cómo.  
    • ¿A dónde me veo en 5 años? Me veo en un peso ideal, con adecuado porcentaje de masa muscular y un nivel de energía alto.
    • ¿En un año? Me veo con 15 libras menos de peso y buena base de masa muscular desarrollada.
    • ¿En un mes? Me veo en el gimnasio y con una mejoría en mi alimentación
    • ¿Cómo va a mejorar mi vida con este cambio? Me voy a sentir mejor y estaré creando un futuro saludable para mi vida.
  3. Ponle corazón. ¿Por qué es importante para mí cumplir esta meta? Me sentiré mejor de salud y con más energía, podré trabajar mejor para lograr mis metas.
  4. Define metas realistas que te desafíen. 5. Determina a dónde quieres llegar (Punto B). En un año a partir de la fecha de hoy (Diciembre 2021), me veo con mi peso ideal, en una rutina establecida de ejercicios y con una alimentación sana y balanceada. Disfruto ir al gimnasio a hacer mi rutina de pesas y me siento mucho mejor de salud y energía.
  5. Determina tu punto de partida (Punto A).
    • Matricula en el gimnasio.
    • Rutina de ejercicios con entrenador personal.
    • Cita con nutricionista.
    • Seguimiento mensual.

Recuerda que tener metas es importante para tu vida, porque las metas te mueven al crecimiento y a convertirte en esta persona que naciste para ser. Al principio puede parecer un poco engorroso, pero vale la pena dedicar tiempo a definir tus metas, y sé que lo puedes hacer porque tú “Naciste para Brillar”.

Autocoaching:

Te invito a que te tomes un momento de tu día para pensar en estas 6 áreas de bienestar y hagas al menos un ejercicio de Punto A y Punto B para un área que consideres prioritaria.

Tu Coach,

Ing. Jessica Calderón, MBA

Coach y conferencista