La calidad de tus respuestas siempre depende de la calidad de tus preguntas.

Jessica Calderón

Mi maestro Scott Fay siempre decía que las preguntas que hacemos son más importantes que las repuestas que pensamos que necesitamos.

En ese entonces las palabras de Scott me parecían muy ilógicas, porque yo necesitaba muchas respuestas. Estaba iniciando mi nueva empresa de conferencias, coaching y training. No sabía nada de negocios, había quebrado una empresa hacía unos años y parecía que todo estaba cuesta arriba.

Yo quería saber cómo tener éxito en mi nueva empresa, cómo encontrar clientes, cómo darme a conocer, cómo generar más ingresos… y así, mil preguntas más. Ahora que veo hacia atrás comprendo las palabras de Scott, las preguntas que yo hacía eran superficiales. Todas tenían que ver con el “cómo hacer” y aunque me hubiera dado las respuestas, yo no tenía la madurez y la consciencia para comprenderlas.

Tus resultados son el reflejo directo de tus pensamientos. Si cambias tus pensamientos, cambiarás tus resultados. Pero tus pensamientos están limitados por tus creencias y tu mentalidad. Por ende, tus resultados estarán limitados por el tope que tus pensamientos te han puesto.

Tu frecuencia de pensamiento y tus resultados

Imagina que estás escuchando música romántica en la frecuencia de radio 94.1 FM, mientras otra persona ha sintonizado la 100.1 FM para escuchar música pop. Es el mismo tipo de aparato, pero con solo mover un dial, recibes diferentes resultados.  Lo mismo pasa en la vida real. Puedes estar junto a otra persona, en el mismo lugar, y esta persona puede ver oportunidades que tú no ves. Esto sucede porque la persona está sintonizada a otra frecuencia de pensamiento.

Hay frecuencias de oportunidad, de crecimiento, de creatividad, de ideas, de gratitud, de seguridad propia. Por otro lado, hay frecuencia de miedo, de inseguridad, de “no sé”, de estancamiento. En ese entonces, yo estaba sintonizada en la frecuencia del miedo, de la inseguridad, así que mis preguntas estaban limitadas a esa frecuencia.

Cómo líder es muy importante que comprendas este detalle, porque tu liderazgo también está limitado por tus pensamientos; por ende, tu equipo, tu empresa, tu área de trabajo, tu familia, tu comunidad, y cualquier lugar donde lideres, también estará limitado por el tope que te has puesto en tus pensamientos.

Y ¿cómo romper este tope? Comienza haciéndote preguntas diferentes, porque la calidad de tus respuestas siempre depende de la calidad de tus preguntas.

Cuatro preguntas para expandir tu pensamiento

Hoy quiero plantearte cuatro preguntas muy importantes que pueden comenzar a cambiar tu frecuencia de pensamiento:

1. ¿Tienes la mentalidad correcta para llegar a donde quieres ir? Hazte estas preguntas:

  • ¿Pienso como un líder?
  • ¿Veo las cosas desde la óptica de crecimiento?
  • ¿Creo que hay oportunidades para mí?

Tu mentalidad determinará en última instancia lo que vas a lograr.  Si hoy te das cuenta de que tu forma de pensar no está alineada con la persona que quieres ser, no te preocupes, tu mentalidad no es fija. Con la ayuda de un coach puedes aprender a expandir tu mente y tus pensamientos, para llevarla a la frecuencia en que debes estar.

2. ¿Cuáles son tus fortalezas y cómo las estás usando para lograr tus metas? Hazte estas preguntas:

  • ¿Conozco mis fortalezas?
  • ¿Estoy enfocado en desarrollar mis fortalezas, o en mejorar en mis áreas débiles?
  • ¿Cómo estoy usando mis fortalezas para crecer en mi vida profesional?

Enfocarte en tus fortalezas te ayudará no solo a destacar profesionalmente, sino que aumentará tu confianza propia y tu satisfacción laboral e incrementará tus resultados. Además, te hará destacar en forma automática. Si hoy no conoces tus fortalezas, hazte una prueba de fortalezas y trabaja con tu coach para crear un plan intencional de crecimiento.

3. ¿Has implementado en tu vida los hábitos que hacen que tu éxito sea inevitable? Hazte estas preguntas:

  • ¿Mis hábitos me ayudan a crecer?
  • ¿Qué buenos hábitos puedo, con seguridad, decir que tengo?
  • ¿Qué malos hábitos están deteniendo mi éxito?

A tu mente le encantan los hábitos. Estos comportamientos recurrentes son muy importantes para tu mente porque la hacen ser muy efectiva. Pero los hábitos no tienen inteligencia. La mente no discierne si el hábito es bueno o malo, solamente lo repite. Por eso, las personas de éxito han aprendido a automatizar su éxito con buenos hábitos, tal como han automatizado el cepillarse los dientes cada mañana y tú también lo puedes hacer. Algunos hábitos muy importantes son: La persistencia, la fijación de metas, la resiliencia, la planificación, la gratitud, la actitud positiva.

4. ¿Qué tanto estás amando lo que haces? Hazte estas preguntas:

  • ¿Comprendo que hay cosas que no me gustan de mi trabajo, pero en general, puedo decir que realmente amo lo que hago?
  • ¿Me siento apasionado por mi trabajo y me gusta ir a trabajar cada día?
  • ¿Siento que mi trabajo me llena como persona y me hace sentir que tengo un propósito?

Cuando amas lo que haces, eres más creativo, estás más motivado, eres más resiliente, y te levantas más fácilmente después de un fracaso. Recuerda que amar es una decisión. Encontrar el empleo perfecto es difícil, pero decidir amar lo que haces es algo que está en tus manos.

¿En qué frecuencia estás sincronizándote hoy? Cambiar de frecuencia hará una gran diferencia en tu vida y en tus resultados. Hacerte preguntas profundas no siempre es fácil, pero vale la pena, porque es el primer paso para tomar consciencia de dónde estás y luego poder avanzar a donde quieres ir.

Y recuerda, Naciste para Brillar, y lo puedes comenzar a hacer desde el momento que empiezas a trabajar en ti primero.

Autocoaching:

Toma un tiempo especial para meditar en estas cuatro preguntas. Escribe en un diario las respuestas a estas preguntas y analiza:

  1. ¿Cuáles de estas preguntas me resaltan más?
  2. ¿En qué área debo comenzar a trabajar inmediatamente?
  3. ¿Cuál es mi siguiente paso?

Tu coach,

Ayudando a Líderes a Brillar