“El coaching es desbloquear el potencial de una persona para maximizar su propio desempeño. Es ayudarlos a aprender en lugar de enseñarles”.

Tim Gallwey

Dirías que estoy parcializada en mi respuesta a la pregunta que planteo en el título, pues llevo once años ejerciendo como coach ejecutiva que desarrolla líderes, sin embargo, debo aclarar un par de puntos:

  1. Soy coach accidental.
  2. Yo también tenía mis dudas al inicio.

En el año 2011 decidí estudiar profesionalmente en el extranjero para certificarme como conferencista. La certificación que escogí incluía tres áreas: conferencista, entrenadora y coach. En aquel momento yo nunca había escuchado hablar del coaching, pero, como estaba incluida en el paquete, tuve que optar por esta certificación también.

Tuve la fortuna de ser entrenada directamente por un maestro inglés, gran practicante del coaching, Christian Simpson. Christian, más que ser un coach, es un purista del coaching. Esto significa que se toma muy en serio la filosofía y la formación para ser coach. Este detalle es muy importante porque ahora hay muchas personas que dicen ser coaches, pero en realidad son entrenadores o conferencistas que piensan que diciendo a una persona qué hacer, están haciendo coaching.

Ya tienes en ti lo que necesitas para liderar

Mi maestro Christian se encargó rápidamente de informarnos que la mentoría, la capacitación, la enseñanza y la consejería no son coaching. Pero entonces me quedé con la gran inquietud, ¿Qué es el coaching?

Como yo llevaba años siendo maestra, pensaba que a las personas había que enseñarles las cosas para que pudieran crecer y avanzar. Tenía la visión clásica de que una persona es “un vaso vacío” a la que hay que depositarle el conocimiento para verla prosperar.

Pero mi maestro Christian insistía en que las respuestas ya están en el individuo, cosa que a mí me parecía más filosofía “nueva era” que otra cosa. Pero cuando comencé a estudiar profundamente el coaching me di cuenta de algunas cosas muy interesantes:

  1. Hay una relación entre la forma en que pensamos y nuestros resultados.
  2. Como personas, ya tenemos ideas acerca de lo que pensamos que podemos lograr, de lo que somos capaces, de lo que otros pueden lograr, e incluso de lo que el mundo nos permite o no lograr.
  3. Toda persona ya tiene en si misma las habilidades y cualidades únicas que le permitirán trabajar y desarrollarse con éxito en sus labores cotidianas. Pero, estas habilidades y cualidades son generalmente desconocidas.
  4. El sistema educativo nos ha martillado tanto que somos un “vaso vacío” que, como seres humanos, básicamente estamos esperando que alguien nos llene de esa sabiduría que “necesitamos” para crecer.
  5. A lo largo de nuestra vida hemos desarrollado formas de pensar y de ser que están directamente en contra de la persona que tenemos el potencial de ser. Nuestros hábitos y creencias son un filtro que limita constantemente lo que creemos que podemos lograr.
  6. Todas las conferencias y el entrenamiento del mundo no van a ayudar a una persona que piensa que no tiene lo que necesita para triunfar. Para ayudar a esta persona hay que ir a la fuente del problema, sus pensamientos y su mentalidad.

Y acá es donde entra en escena el coaching…

¿Qué es realmente el coaching?

Según la International Coaching Federation (ICF) el coaching es “una alianza entre el coach y el cliente en un proceso creativo y estimulante que inspira al cliente a maximizar su potencial personal y profesional. El proceso de coaching a menudo desbloquea fuentes de imaginación, productividad y liderazgo que antes no se habían explotado.” https://coachingfederation.org/about

En realidad, en el proceso de coaching, el cliente es el protagonista y el coach es el medio que le permite desarrollar su potencial. El coach es como un espejo donde el cliente puede verse como realmente es, en su potencial y en sus capacidades, y puede ver también los obstáculos que lo están limitando.  

Con la ayuda del coach, el cliente puede potenciar sus capacidades y aprender a superar estos obstáculos, pero más importante que todo esto, a través de un verdadero proceso de coaching, el cliente llega a la comprensión de que sí es capaz, que si tiene lo que necesita para tener éxito y que sí puede aprender a usar sus capacidades para vencer sus obstáculos autoimpuestos.

El resultado del coaching es una persona auto empoderada, que confía en sí misma, que se conoce y que sabe tomar las decisiones que necesita para avanzar a sus metas. 

Si prestas atención a la última línea, te darás cuenta de que esta es justamente la definición de lo que es un líder: una persona auto empoderada, con una autoconfianza sana, un buen conocimiento de sus capacidades y debilidades, y con la independencia de juicio para tomar sus decisiones.

Es justamente esta la razón de que el coaching y el liderazgo están íntimamente relacionados. El coaching ayuda a empoderar a la persona para que se convierta en el líder de su vida y en un líder en la vida.

Después de estudiar seriamente el coaching con dos certificaciones internacionales y avalada bajo el ICF, de ser coach ejecutiva desde el 2011, y de haber desarrollado cientos de horas de coaching con cientos de líderes, hoy te puedo decir con certeza que no hay otro medio más poderoso que el coaching para desarrollar líderes.

Tres funciones del coaching para desarrollar líderes

El coaching, como herramienta de desarrollo humano, cumple tres funciones que ninguna herramienta logra cumplir (capacitación, consejería, instrucción):

  1. Elevar la autoconciencia. El coaching permite que el cliente tome consciencia de sí mismo:  de sus habilidades, capacidades, facultades mentales y talentos, lo que le permite al líder potenciar sus resultados. Pero también, a través del coaching puede darse cuenta de sus áreas de debilidad, de sus barreras autoimpuestas, de sus autosabotajes. A través del coaching, el líder “se da cuenta” de lo que está pasando con él mismo y logra tomar el control de áreas que antes eran barreras invisibles que le impedían lograr sus metas. 
  2. Desarrollar la responsabilidad personal: El primer paso para el éxito de cualquier persona, es la comprensión de que somos los únicos responsables de nuestra vida. El líder que comprende esta gran verdad está en la capacidad de tomar las decisiones que lo conducirán a los cambios que quiere ver en la vida. A través del coaching abandonamos el papel de víctima y damos los pasos definitivos que nos llevan a convertirnos en líderes y responsables de nuestros destinos.
  3. Fomentar la rendición de cuentas: En la alianza coach-coachee, el líder aprende a rendir cuentas a alguien externo, que no tiene una agenda particular. Esto libera al líder para ser verdaderamente honesto y transparente consigo mismo, para asumir sus responsabilidades y hacer los cambios que debe hacer, sin auto juicio, para llegar a las metas que debe lograr. El coach no necesariamente permanecerá en la vida del líder, pero a través del coaching, el líder aprende la importancia de rendir cuentas en forma honesta e integral, como un medio para su crecimiento y buscará hacerlo en forma intencional, con el apoyo de mentores y líderes que buscan su crecimiento.

Mi maestro Christian tenía razón, no somos vasos vacíos. Según el coaching, somos más bien el equivalente a una bellota o una semilla que tiene en si misma el potencial de lograr grandes cosas. Al colocar esta bellota en un ambiente de crecimiento, este potencial se desata y podemos ver eventualmente un bello roble que tiene el potencial de multiplicarse en miles de bellotas.

Este es el poder de un líder, el de sacar de si mismo este gran potencial, para ponerlo a trabajar al servicio de otros, y al hacerlo, ayudar a multiplicar líderes al mostrarles a ellos mismos su propio potencial.

Recuerda, el coaching no es enseñanza, no es consejería, no es entrenamiento. El coaching es el medio por el cual un coach enseña a su cliente a ser líder de su propia vida y principalmente, es el medio por el cual el cliente aprende a brillar, para ayudar a otros a hacerlo.

Autocoaching

Comienza a crecer en tu liderazgo, al hacerte algunas preguntas profundas:

  1. ¿Qué tanto me conozco?
    • ¿Conozco mis habilidades?
    • ¿Se usar mis fortalezas?
    • ¿Soy consciente de mis barreras autoimpuestas?
  2. ¿Qué tan responsable estoy siendo de mis propias decisiones?
    • ¿Asumo la responsabilidad o culpo a otros?
  3. ¿Tengo una persona en mi vida a la que estoy rindiendo cuentas por mis resultados?

Tu coach,

Jessica Calderón, Ayudando a Líderes a Brillar