Mi equipo no responde y siempre tengo que revisar lo que hacen! ¡Prefiero hacer el trabajo yo mismo, porque me tardo mucho menos tiempo. ¡Siempre que pido algo, me lo entregan mal! ¡No puedo confiar en la gente!
¿Se ha encontrado usted diciendo alguna de estas frases? Si su respuesta es positiva, casi le puedo asegurar que también se ha encontrado diciendo estas otras frases:
- ¡No me ajusta el tiempo!
- ¡Me siento abrumado!
- ¡No tengo tiempo ni para la familia
- ¡Me siento como esclavo en el trabajo!
- ¡Ni de vacaciones puedo salir porque todo es un desastre cuando me voy!
Créame, saber delegar es una de las habilidades más valiosas para un líder. No saber delegar lo llevará a estar abrumado, estresado y ocupado, además de que bajará su productividad. Poco a poco minará su desempeño, porque aunque usted sea brillante, capaz y efectivo, estará limitado en lo que puede lograr.
Aunque parece complejo, delegar se reduce a dos elementos:
- Aprender a confiar en las personas: No importa cuántos seminarios de delegación tome, si usted no comienza a confiar en su gente, nunca delegará. En un equipo podrá encontrarse con personas en diferentes niveles de desempeño, incluyendo algunas que definitivamente no están calificadas para realizar las actividades requeridas. Como líder usted es responsable de seleccionar y retener elementos que tengan el conocimiento, la capacidad y el potencial de desarrollo para la labor que se requiere. Pero una vez que tiene el equipo, debe aprender a confiar en él.
- Darse el tiempo de desarrollar al equipo: Aunque tenga el mejor equipo del mundo, si usted no se toma el tiempo de capacitarlo, su gente nunca lograrán llegar al estándar que usted necesita. Es cierto que algunas personas tienen gran iniciativa y capacidad de aprendizaje, pero no todos somos así y posiblemente usted está perdiendo elementos excelentes porque no se da el tiempo de equiparlos para la labor. Sí, es cierto, se requiere una gran inversión de tiempo para formar al equipo, pero piense en todo el dolor que se evita en el futuro si invierte en su gente.
Al final de cuentas, la decisión de delegar es personal. Si usted cree que nunca podrá delegar, yo le invito a que lo piense de nuevo, no se convierta en su propio saboteador, porque no importa que tan buenos seamos en lo que hacemos, no vamos a avanzar mucho sin la ayuda de otros.
Aunque es difícil, si es posible aprender a delegar, su vida profesional y personal se lo agradecerán.
Y cuénteme ¿Qué fue lo que más le ayudó a usted a aprender a delegar?
Yo estoy aprendiendo a delegar. Es difícil confiar en las personas, cuando ya se han tenido varias generaciones de colaboradores y no hemos obtenido resultados, al contrario, la poca confianza que se les dió fue abusada y subestimada.
Por el momento, me encuentro en la fase de convencimiento propio que daremos mejores resultados juntos y que si no delego, colapasaré en todos los sentidos de mi vida.
Gracias Alexándra:
Su comentario es muy apropiado, ¿Qué pasa luego de tantas malas experiencias? Creo que todos los que ostentamos posiciones de liderazgo pasamos por lo mismo. Sin embargo, la última parte de su comentario es la razón por la cual seguir delegando. No llegaremos muy lejos tratando de hacer todo solos. En una conferencia a la que asistí el autor John Maxwell comentó algo que nos puede ayudar. Una vez alguien en que el confió lo decepcionó. Entonces el decidió que no volvería a confiar de esa forma y que se mantendría alejado del equipo para no decepcionarse de nuevo. Sin embargo, al tiempo notó que sus resultados estaban afectándose y que el no sentía conexión con el equipo. Entonces decidió que aunque sabía que se llevaría algunas decepciones, volvería a confiar, porque entre las decepciones, encontraría personas capaces que serían claves en su crecimiento. En un post posterior comentaré acerca del principio 10-80-10 de John Maxwell que nos puede ayudar a delegar en forma más efectiva. Gracias.