El miedo se vence con repetidos actos de valor.

-Napoleón Hill.

He tenido la buena fortuna de hablar ante auditorios en diferentes países y, a través de teleconferencias, a audiencias de muchos lugares del mundo. Cuando era presidente y mentora de coaching de una de las empresas del autor John Maxwell, fui invitada a impartir webinars a Latinoamérica representando su marca, y también me invitaron a dar clases de coaching al programa francés, polaco, rumano e inglés.

En muchas ocasiones yo debía dar la clase en inglés (que no es mi lengua materna y que no aprendí en una escuela bilingüe) y alguien debía traducir a otro idioma. ¡Era estresante pensar que estaba transmitiendo el mensaje de la forma correcta!

En mi país he dado conferencias ante muchas audiencias, incluyendo empresarios y personalidades influyentes, y también he tenido la oportunidad de presentar ante auditorios internacionales.

Cuento todo esto porque cualquiera diría que para mí dar conferencias es muy fácil y que no me da miedo. Sin embargo, la realidad es que todos estos eventos he tenido miedo, ¡y en algunos hasta pavor! El observador atento podrá notar que al principio de cada evento me tiembla un poco la mano y las primeras palabras de mi boca salen con un poco de tensión.

Antes de subir estoy pensando, ¿quién estará acá? ¿Y si me mensaje no pega? Y cuando dejo a mi mente correr como desjuiciada, en más de una ocasión me he imaginado que me caigo en el escenario (nunca me ha pasado, pero una vez me caí dando clases en la universidad, creo que de allí el trauma).

Pero, inmediatamente después de decir mis primeras palabras, me siento en mi elemento, veo las caras de las personas y me recuerdo por qué estoy allí. Inmediatamente entro en modalidad conferencista y tomo el control. Y al menos por una hora todos mis sentidos están atentos para ayudarme a lograr el objetivo: que mi audiencia se lleve un gran mensaje.

Sí, así es, el miedo es parte de mi experiencia de dar mis conferencias y también de ser empresaria en un campo un poco diferente a lo normal. Y cada vez que me he puesto una meta más alta, el miedo ha querido robarme la oportunidad de lograrla.

¿Qué te está robando el miedo?

Es cierto que los líderes son valientes, pero no es cierto que no tengamos miedo. Para comenzar, te cuento que el miedo es parte de la experiencia de ser humano.

Recuerda que para la mente peligro es peligro, aunque en la vida real lo que esté pasando no sea verdaderamente peligroso. Por ejemplo, recuerdo cuando comencé a vender. La perspectiva de ser rechazada era un verdadero peligro, específicamente para mi ego, por lo que vender era una amenaza real. Desde luego, en este artículo nos estamos refiriendo a oportunidades laborales que estás perdiendo porque te da miedo, no a peligros reales que pueden atentar contra tu vida o seguridad.

¿Qué es el miedo realmente?

En este sentido, podríamos decir que hay dos tipos de miedo, uno bueno y natural, y uno tóxico y aprendido. Tu mente tiene una gran responsabilidad, la de protegerte del peligro y garantizar tu sobrevivencia. Para hacerlo va a recurrir a todos los medios que tiene disponible para alejarte de una situación de peligro. Y uno de esos medios es el miedo.

El miedo es una alerta de que estás entrando a algo desconocido o que podrías meterte en un problema. A través de los sentidos, el cerebro detecta dos cosas:

  1. Si ya ha vivido una situación similar,
  2. Si esto que está viviendo es peligroso.

Si no ha vivido la situación, o si se detecta que hay peligro, el cerebro inmediatamente activa el sistema de defensa o huida. Una serie de neuroquímicos y señales eléctricas activan los mecanismos que te prepararán para sobrevivir.

Imagina una situación laboral que te causa miedo:

  1. Miedo saludable. Con una mente saludable, el líder comprende lo que está pasando, analiza si hay un peligro verdadero, se prepara para enfrentar la situación y avanza a pesar del miedo. Esto hace que la mente pase la barrera de hacer algo por primera vez, o que comprenda que no es tan peligroso como parece. En otra ocasión similar, la respuesta de la mente será diferente.
  2. Miedo tóxico: Cuando el líder ha permitido que el miedo lo domine, en lugar de analizar la situación con objetividad, cierra la mente, deja que el miedo tome el control, y decide no avanzar. Esto se vuelve un ciclo que poco a poco irá robando más y más oportunidades.

Pero te tengo una gran noticia: ¡Puedes aprender a administrar el miedo para que no te robe oportunidades!

Sí, así es, puedes entrenar tu mente para aprovechar oportunidades que estás perdiendo porque te da miedo. Por ejemplo:

  1. Hacer una presentación ante tu equipo directivo.
  2. Iniciar una empresa.
  3. Aprender a vender.
  4. Ir a una entrevista de trabajo.
  5. Negociar con un cliente importante.
  6. Aceptar un puesto nuevo.

A continuación, te comparto seis estrategias que te ayudarán a entrenar tu mente para administrar el miedo:

Seis estrategias para administrar el miedo

  1. Recuerda tu por qué: Esta es la estrategia más importante. Cuando tienes una verdadera razón para hacer algo, ningún obstáculo podrá detenerte. Si el miedo te está deteniendo, haz un alto y recuerda tu por qué. Si lo has perdido de vista, no tendrás la fuerza para enfrentar el miedo. En este caso te recomiendo que antes de avanzar reconectes con tu propósito, qué siempre estará relacionado a servir a otras personas. Invierte el tiempo que necesitas para enamorarte de lo que haces y el por qué lo haces, solo así estarás dispuesto a enfrentar lo que venga.
  2. Analiza la situación con objetividad: Recuerda que el miedo vive en tu sistema límbico, pero tú analizas con tu corteza prefrontal. Toma un tiempo para examinar lo que está sucediendo en forma objetiva. Si tus emociones te impiden hacerlo, busca a alguien externo a la situación que te ayude a ver desde afuera. De esta forma serás capaz de comprender cuál es el verdadero peligro y cómo prepararte para hacerle frente.
  3. Prepárate: Toma el tiempo que necesites para estar listo. Recaba la información necesaria, haz un plan, ordena tu información, practica, prepárate con tiempo, no dejes detalles al azar o cosas para último momento. Cuando estás ante una situación que te puede dar miedo, el prepararte bien te ayudará a disminuir la inseguridad y por ende a elevar la confianza. Hace poco que impartí una conferencia importante para un grupo de líderes de peso, me preparé con un mes de anticipación para estar lista para este evento.
  4. Entrena en tu mente: Una excelente forma de prepararte para reducir el miedo y la ansiedad es practicar en tu mente. Se sabe que los atletas de elite practican en su mente antes de entrar a la acción. ¡Tú también puedes hacerlo! Esto te ayudará a que tu mente se familiarice con la situación y a que anticipe escenarios difíciles. Yo practico en mi mente por horas antes de una conferencia. En el podcast Naciste para Brillar explico mejor cómo entrenar con tu mente.
  5. Actúa con valor: Al final de cuentas, debes dar el paso. Si retrocedes, el miedo habrá vencido y la próxima vez será más difícil. Esto no es una metáfora, es una realidad, si te detienes ante el miedo, la mente registra que esa acción es peligrosa y será muy insistente en impedirte que la realices. Napoleon Hill tenía razón desde la perspectiva neurológica y cognitiva cuando dijo: “el miedo se vence con repetidos actos de valor”.
  6. Celebra: Una vez que hayas pasado la prueba debes celebrar, para que tu mente registre el éxito y las emociones positivas asociadas a la acción que acabas de realizar. Así la próxima vez será un poco más fácil. Si persistes, poco a poco el miedo irá desapareciendo.

El miedo se vence siempre con comprensión, porque cuando entiendes que el miedo que experimentas es el resultado de que tu mente esté tratando de proteger de un peligro te sentirás agradecido porque tu mente funciona bien. Además, podrás emplear en mejor forma las herramientas internas que tienes a tu disposición para vencer el miedo.

¿Cuántas oportunidades has perdido por darle espacio al miedo en tu vida? Espero que hoy sea el primer día del resto de tu vida en que vas a avanzar a pesar del miedo.

¡Y vale la pena, porque tú naciste para brillar y lo puedes hacer cuando avanzas a pesar del miedo!

Autocoaching

  1. Toma un tiempo de reflexión para identificar situaciones en las que te has detenido por miedo. Analiza qué harías diferente, en base a la información que te he compartido. Toma la decisión de que a partir de hoy vas a avanzar a pesar del miedo.

Tu coach,

Jessica Calderón